miércoles, 21 de agosto de 2013

Un astronauta en la Tierra



Con sentimientos encontrados, tras la muerte de su abuela, Valentín se mostraba fuerte y sin ninguna pena en el rostro. Caminaba sólo por aquella avenida en la que solía poner en práctica su loco sueño de ser astronauta. A unos pasos de su casa, que en la ventana llevaba un anuncio de: “se vende”, se encontraba aquel hombre en la cafetería que siempre se detenía a mirarlo. Al pasar y verlo decía: “como desperdicia la vida”;  sin saber en realidad que aquel hombre, sin nada más que hacer que tomarse un café y leer el periódico, era algo más que un simple desconocido.

Vagando en sus recuerdos, la atención de Valentín se ve atrapada en el llamado de este hombre. El astronauta cruza la calle presuroso y se sienta frente a él, aguantando la respiración por aquel dichoso cigarrillo, este esperaba saber el porque de su llamado. El señor canoso con la mirada triste le entrega una camisa nueva de parte de una señora. El astronauta, desconcertado y con mil ideas en la cabeza, le pregunta que señora se lo manda, el otro respondió: “tu madre”.
La respiración de Valentín fue aumentando, su mirada buscaba algún punto fijo, sus manos no encontraban el equilibrio y su corazón ya no tenía el mismo ritmo. Vasto unos segundos para darse cuenta que aquel hombre vivía con su madre, y lo único que le importaba al astronauta era saber sobre ella.
Las explicaciones iban y venían, como el interés del pequeño; las respuestas obvias dolían, pero no solo a Valentín; la tensión se podía cortar con tan solo unos cuchillos sobre la mesa y nada mas. Las respuestas del astronauta estremecían al hombre. Con los ojos llenos de lágrimas se dio cuenta que el pequeño niño no se olvidó ni un poco de su madre; que reclamaba su ausencia de principio a fin.


El llanto atravesaba más y más la garganta del pobre hombre; una palabra más, y las lágrimas desbordaban sus ojos. Sin más opción, este opto por el silencio al no poder cumplir con aquella promesa que le proclamaba Valentín: “dile que yo voy a donde ella quiera”.